28 nov 2010

Todas las ciudades son ninguna



Saxos detectivescos, beats electrónicos, pianos, loops, la voz del arlequín noruego con miles de efectos. Aires de urbe sórdida, de esas con frío que corta y lluvia constante. Besos perdidos en escaleras, caminatas sin punto de llegada, desasosiego. Los lobos desafían. A todos: a sus fanáticos de la primera hora, a los críticos y, más importante aún, a ellos mismos. Esta música para una película interior tiene trazos de Lynch, Danielewski, Hitchcock, Hesse y otros, pero todo sobre un lienzo de color indudablemente Ulver. Instrucciones: dejarse llevar y prestar atención a las historias que cuenta el chofer de este viaje desconcertante.

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